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Educación en crisis: el abandono del Ministerio y la frustración del profesorado

Foto del escritor: Elkin PelaezElkin Pelaez

El reciente llamado de atención del presidente Gustavo Petro al Ministerio de Educación no es más que la confirmación de lo que la comunidad educativa y el profesorado han venido denunciando desde hace meses: el absoluto abandono y la incapacidad de gestión en el sector educativo. Las cifras no mienten. De los 195 compromisos adquiridos en los llamados "Gobiernos con el Pueblo", 146 siguen sin cumplirse, y el Ministerio de Educación es la cartera con el peor desempeño, dejando en evidencia que la educación no ha sido una prioridad real, sino un discurso vacío.

Los docentes y directivos que trabajan en las escuelas públicas del país sienten en carne propia la ineficiencia ministerial. Se prometieron 100 nuevas universidades, pero hasta la fecha no hay claridad sobre avances significativos. Se habló de mejorar la cobertura de la educación pública y gratuita, pero lo que vemos es una reducción en el presupuesto de inversión, lo que pone en riesgo programas fundamentales para la equidad en el acceso a la educación. Mientras tanto, las instituciones educativas continúan con déficits de infraestructura, materiales y condiciones laborales precarias para los docentes.


El profesorado no solo ha sido víctima de este desorden administrativo, sino que también ha sido relegado a la invisibilidad. Las mesas de diálogo y concertación han sido una mera formalidad sin resultados tangibles. Se prometió una revolución educativa basada en el fortalecimiento de la educación pública, pero la realidad es que los educadores siguen enfrentando salarios insuficientes, sobrecarga laboral y falta de garantías para el ejercicio de su profesión.



El ministro Daniel Rojas, lejos de asumir con seriedad su responsabilidad, parece ausente, tal como lo señaló el propio presidente Petro en su intervención. Si el Ministerio no responde a la juventud que dio su voto de confianza a este gobierno, ni a los docentes que sostienen el sistema educativo con esfuerzo y vocación, ¿qué se puede esperar del futuro de la educación en Colombia?


Es hora de que el Ministerio deje de ser un espectador pasivo de su propio desastre y escuche a quienes realmente sostienen la educación en el país: los docentes, los estudiantes y las comunidades. El tiempo de las excusas y las promesas incumplidas se acabó. La educación merece una gestión eficiente, comprometida y con resultados concretos, porque sin educación no hay futuro para Colombia.


Profes al Aula.

 
 
 

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